lunes, 4 de diciembre de 2023

Cambio de look

 Ir a la peluquería para que algo cambie. Que el corte de ese mechón se lleve ese agravio, el nuevo flequillo termine con el desplante, que el cambio de color acabe con el tono gris de la vida se escapa y ¿qué he hecho con ella?, que el nuevo rizo enrosque con él los sueños rotos y las falsas expectativas.

Y al final sales distinta, aunque no como quisieras, la vida sigue y el espejo te devuelve otra imagen, quizás te de fuerzas para enfrentarte a la vida de otro modo, que ni siquiera es más bella, es más corta, como el tiempo que has pasado distraida entre secadores y champús, intentando no perder el atractivo que se esfuma. Pagas y te vas con el yo adormecido y la cartera más vacía.

Al salir te preguntan si te has lavado el pelo, y tu sabes que lo que te has lavado son esas lágrimas que no has dejado salir, porque los sueños se escurren y hay que afrontarlos con otra cara, de otro modo, aceptar y afrontar el paso del tiempo con las puntas saneadas.

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